Ricardo Gareca, seleccionador de Chile, reconoció este lunes que el presente de la selección chilena en las Eliminatorias Sudamericanas es “un desprestigio” tanto para el país como para su trayectoria como entrenador. Con visibles gestos de incomodidad, el técnico argentino habló en la previa del duelo clave ante Bolivia, que se disputará este martes en la ciudad de El Alto, a más de 4.000 metros sobre el nivel del mar.
“Esto es un desprestigio lógicamente para Chile como selección, y también para mi carrera. Tener la calidad de jugadores que tengo y estar en estas circunstancias jamás lo hubiese pensado, jamás lo hubiese esperado”, señaló Gareca, de 67 años, durante la conferencia de prensa en La Paz.
Chile ocupa actualmente el último lugar de la tabla con 10 puntos tras 15 jornadas disputadas. Para mantener vivas sus remotas opciones de clasificación al Mundial de 2026, deberá ganar sus próximos compromisos y esperar una combinación de resultados, incluyendo los duelos ante Brasil y Uruguay en septiembre.
“Es el momento más difícil de mi carrera”
El técnico argentino, quien asumió el cargo en enero de 2024 tras la salida de Eduardo Berizzo, admitió que atraviesa un momento especialmente complejo: “Este es el momento más difícil (…) y vivir esta situación para mí es muy angustiante. Es una circunstancia complicada, vivo una situación tensa que no me gusta vivirla”.
Con un plantel que ha perdido el brillo de su histórica generación dorada, que conquistó dos títulos de Copa América, Chile enfrenta un nuevo ciclo marcado por la transición y la falta de resultados. Para el encuentro ante Bolivia, el equipo contará con el delantero Alexis Sánchez como único referente de aquella etapa, mientras que Arturo Vidal quedó descartado por acumulación de tarjetas amarillas.
Futuro en suspenso
Según medios chilenos, la continuidad de Gareca estaría condicionada al resultado de este encuentro. La cláusula de rescisión de su contrato se activaría si la selección queda eliminada de forma matemática.
Chile buscará un triunfo vital en La Paz para evitar quedar fuera de carrera antes de tiempo y sostener un proyecto técnico que, hasta ahora, no ha logrado consolidarse.