Este domingo, más de 13.7 millones de ecuatorianos acudieron a las urnas para elegir a sus autoridades en unas elecciones presidenciales y legislativas que definirán el rumbo del país para el periodo 2025-2029. Con Daniel Noboa, actual presidente, y Luisa González, candidata del correísmo, como los principales contendientes, estas elecciones se han convertido en una de las más polarizadas de los últimos años.
Favoritos en carrera hacia Carondelet
Las puertas de los 4,439 centros de votación abrieron a las 7:00 hora local (11:00 GMT) y cerraron a las 17:00 hora local (22:00 GMT). En esta jornada crucial, los electores decidieron entre 16 candidatos presidenciales, aunque el foco principal está en Noboa, representante de Acción Democrática Nacional (ADN), y González, líder de Revolución Ciudadana (RC). Ambos han dominado la campaña electoral con propuestas opuestas pero igualmente influyentes.
Por un lado, Daniel Noboa, heredero de una de las mayores fortunas del país, busca su reelección tras haber ganado las elecciones extraordinarias de 2023. Por otro, Luisa González representa la esperanza del movimiento correísta de regresar al poder tras ocho años de ausencia. Este enfrentamiento no es nuevo, ya que ambos compitieron en los comicios anteriores, donde Noboa resultó victorioso.
Sin embargo, si ningún candidato logra obtener la mitad más uno de los votos válidos o alcanza al menos el 40% con una ventaja mínima de diez puntos porcentuales sobre el segundo lugar, se realizará una segunda vuelta el próximo 13 de abril.
La Asamblea Nacional también en juego
Además de elegir al presidente, los ecuatorianos decidieron la composición de la Asamblea Nacional, que ahora contará con 151 legisladores en lugar de los 137 actuales. También seleccionaron a cinco representantes para el Parlamento Andino.
La expectativa se centra en si ADN logrará desplazar a Revolución Ciudadana como la primera fuerza política en el Legislativo. Esta reconfiguración podría marcar un antes y un después en el equilibrio de poder dentro del hemiciclo.
El voto en Ecuador es obligatorio para personas entre 18 y 64 años, bajo pena de multa de 45 dólares. Sin embargo, es optativo para adolescentes de 16 y 17 años, adultos mayores de 65 años, miembros de la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas, así como para los más de 446,000 ecuatorianos empadronados en el exterior.
Elecciones en medio de un «conflicto armado interno»
Estas elecciones se celebran en un contexto marcado por la violencia y el crimen organizado. Desde principios de 2024, el presidente Noboa declaró un «conflicto armado interno» contra las mafias del narcotráfico, responsables de la escalada de violencia que llevó a Ecuador a registrar la tasa más alta de homicidios en Latinoamérica durante 2023.
Para garantizar la seguridad durante los comicios, Noboa ordenó extremar las medidas a nivel nacional. Entre estas acciones destacan el cierre temporal de las fronteras terrestres con Colombia y Perú para el ingreso de extranjeros entre el 8 y el 10 de febrero, así como la militarización de los puertos utilizados por las redes criminales para enviar droga a Norteamérica y Europa.
Observación internacional asegura transparencia
Este proceso electoral cuenta con la participación de 1,682 observadores acreditados ante el Consejo Nacional Electoral (CNE), de los cuales 1,174 son nacionales y 508 internacionales. Las misiones de observación más grandes provienen de la Unión Europea (UE), con más de cien integrantes, y de la Organización de Estados Americanos (OEA), con 88 miembros.
Estas elecciones no solo definirán el futuro político de Ecuador, sino que también pondrán a prueba la capacidad del país para garantizar la transparencia y la seguridad en medio de un entorno complejo. Los resultados preliminares podrían conocerse en las próximas horas, aunque algunos escenarios apuntan a que el recuento podría extenderse hasta altas horas de la noche.