Al menos 11 personas murieron y otras tres permanecían desaparecidas en Brasil este sábado tras el derrumbe el viernes de parte de un edificio ocupado irregularmente en el estado de Pernambuco (noreste), informaron las autoridades.
Los bomberos continuaban buscando a una mujer y dos niños bajo los escombros en el lugar de la tragedia.
Entre los 11 fallecidos hay hombres, mujeres y niños de entre 5 y 45 años. Ello, según el último boletín divulgado por los servicios de Defensa Civil de Pernambuco el sábado por la mañana.
Una mujer de 65 años y dos adolescentes fueron rescatadas de los escombros con vida, añadieron.
Las columnas del edificio que cedió tenían tres pisos y estaban acoplados a un complejo mayor de viviendas, según imágenes difundidas por la prensa local.
Los apartamentos habían sido clausurados en 2010 por presentar riesgo de derrumbe, pero estaban ocupados irregularmente, según la Defensa Civil.
En abril, otro edificio en condiciones similares se derrumbó en la ciudad de Olinda, Pernambuco, dejando seis muertos.
El colapso de edificios en Brasil suele ocurrir en barrios pobres. Alli donde la construcción ilegal es rampante y la población tiene menos acceso a viviendas dignas y seguras.
En 2020, dos edificios construidos irregularmente en una favela de Rio de Janeiro (sureste) se desplomaron tras varios días de intensas lluvias. El saldo fue 24 muertos.
Lluvias
Los períodos de fuertes lluvias también suponen un riesgo. Ello por los frecuentes deslizamientos de tierra que provocan, una seria amenaza para los habitantes de asentamientos irregulares.
En febrero, 65 personas murieron por deslizamientos causados por precipitaciones récord en Sao Sebastiao. El lugar es un destino turístico de playa a unos 200 km de la ciudad de Sao Paulo (sureste).
Unos 9,5 millones de los 215 millones de habitantes viven en áreas de riesgo sujetas a deslizamientos o inundaciones, según estimaciones oficiales. Infopress