Darwin Cobeñas Panta, uno de los trece trabajadores asesinados en el socavón de la mina La Poderosa, en Pataz, región La Libertad, había manifestado a su familia que ese sería su último viaje a la sierra. Su madre, Blanca Panta, narró que su hijo, de 31 años y natural del distrito de La Unión (Piura), le aseguró que no volvería a laborar en esa zona.
“Él ya tenía unos meses allí y siempre me decía que todo trabajo es riesgoso. Pero esta vez me pidió que no me preocupara, que sería la última vez”, expresó la madre en medio del dolor a Cutivalú. Según relató, Darwin también comentó esa decisión a sus tíos antes de partir a su último turno.
Cobeñas trabajaba como obrero con la esperanza de mejorar la situación económica de su familia. Aunque su madre tenía temor por los riesgos, él le aseguraba que no corría peligro, ya que su función no implicaba labores de vigilancia. “Me decía que más bien a ellos los cuidaban. Pero ya veo que no ha sido así”, lamentó Blanca Panta.
Familiares denuncian falta de comunicación por parte de la empresa
La hermana de la víctima, Tania Cobeñas, informó que la última vez que supieron de Darwin fue el 25 de abril. En esa ocasión, él les dijo que si no salía ese día, lo haría al siguiente, por lo que la familia no se alarmó de inmediato. Sin embargo, fue a través de publicaciones en redes sociales que conocieron sobre el ataque.
El cuerpo de Darwin fue hallado el 4 de mayo junto al de otros 12 trabajadores en un socavón de la mina La Poderosa. Las víctimas fueron asesinadas durante un ataque perpetrado por bandas criminales vinculadas a la minería ilegal, según las autoridades.
La familia del trabajador solicita justicia y apoyo económico para cubrir los gastos del sepelio. Asimismo, denunciaron que, hasta el momento, ni la empresa contratista R&R ni representantes de la mina La Poderosa se han comunicado con ellos.