El pasado martes 3 de diciembre, la aparición del meteorito C0WEPC5 en la órbita terrestre generó alerta en la comunidad científica y preocupación en diversas regiones del mundo. Este cuerpo celeste, considerado potencialmente peligroso, despertó el interés y la incertidumbre de muchas personas.
El temor inicial por el meteorito
Científicos rusos advirtieron que el asteroide, nombrado C0WEPC5 por la Agencia Espacial Europea, podría impactar entre las localidades de Okeminsk y Lenks, ubicadas a unos 500 y 800 kilómetros de Yakutia. Según estimaciones de Roscosmos, el cuerpo celeste, con un diámetro de aproximadamente dos metros, podría causar una gigantesca bola de fuego visible desde 700 kilómetros de distancia.
El astrónomo Vladilén Sanakóyev mencionó que el asteroide estaba compuesto por hierro y níquel, lo que aumentaba el riesgo de un impacto significativo. Además, se esperaba que al entrar en la atmósfera terrestre provocara un destello brillante y un estruendo similar al de un trueno.
El desenlace inesperado
A pesar de las preocupaciones iniciales, el meteorito se desintegró al ingresar a la atmósfera, dividiéndose en pequeños fragmentos que posiblemente cayeron como diminutas rocas. Este desenlace alivió a la población, ya que no se reportaron heridos ni daños significativos en las zonas cercanas.
Momento en que el meteorito C0WEPC5 en Siberia Oriental, Rusia.
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— InfoGT_Noticias (@infogt_noticias) December 4, 2024
Videos publicados en redes sociales captaron el momento en que el meteorito desprendió una luz brillante antes de desvanecerse por completo en el cielo. Las imágenes rápidamente se viralizaron, sorprendiendo a usuarios de todo el mundo.
Aunque el impacto no fue catastrófico, la situación puso en evidencia la importancia de la vigilancia astronómica y la preparación frente a eventos similares en el futuro.