En una región marcada por la desigualdad, las carencias en los sistemas de transporte público impactan de manera desproporcionada en los sectores más vulnerables. En América Latina y el Caribe, solo el 43% de la población disfruta de un acceso cómodo al transporte público, y quienes lo utilizan invierten un 70% más de tiempo en sus desplazamientos hacia el trabajo, en comparación con quienes optan por vehículos privados (70 y 42 minutos, respectivamente, en promedio).
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Desde la perspectiva medioambiental, el sector de transporte encabeza las emisiones de gases de efecto invernadero en las ciudades, vinculando estrechamente la acción climática en áreas urbanas a cambios en la movilidad. Es en este contexto que la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) considera a la electromovilidad como gran pilar de un Gran Impulso para la Sostenibilidad.
Mejores políticas de movilidad
El stock regional de vehículos como buses y microbuses supera los 2.7 millones de unidades, y exprimentó un crecimiento anual superior al 5% en las últimas décadas. Sin embargo, para la Cepal, el fin del modelo basado en combustibles fósiles requiere ajustes en la organización de los sistemas de transporte público, abriendo la puerta a una oportunidad para repensar la planificación urbana y promover un enfoque integral de la política de movilidad.
Nuevos modelos
La transición hacia la electromovilidad no se trata solo de cambiar la tecnología de los vehículos, sino de adaptar nuevos modelos de negocios. Las características de los buses eléctricos, con un mayor costo de adquisición pero menor costo de operación, sugieren la necesidad de evolucionar hacia sistemas de movilidad pública más estructurados, con plazos de concesiones más extensos y que requieren mayor inversión.
En este contexto, el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) del Perú, a través de Promovilidad, explora la experiencia exitosa de Chile en electromovilidad. En el mes de noviembre del 2023, se llevó a cabo un encuentro virtual para intercambiar experiencias entre ambos países, destacando los pasos seguidos por Chile en aspectos contractuales, financieros, regulatorios y operativos.
Desafíos
Los desafíos técnicos y financieros refuerzan la importancia de gestionar la movilidad a partir del ordenamiento urbano. La electromovilidad ha puesto al transporte público en el centro de la agenda política, brindando la oportunidad de integrar diversas agendas urbanas y lograr que las ciudades adopten modelos de ocupación que reduzcan la necesidad de desplazamientos motorizados, fomentando así el uso del transporte público como la opción preferida.
Promovilidad, con un convenio marco de cooperación con 28 municipios provinciales, está liderando este cambio hacia la electromovilidad en el Perú. Este avance no solo permitirá cumplir con acuerdos internacionales sobre cambio climático y desarrollo sostenible, sino que también posibilitará una transformación integral hacia una movilidad urbana más sostenible en la región.
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