Segundo Faustino Crisanto, poblador del centro poblado Ocoto Alto en Tambogrande, expresó su optimismo con respecto al proyecto hídrico minero El Algarrobo, al que considera una gran oportunidad para el desarrollo de la zona. En este sentido, resaltó la importancia de mantener a la población bien informada, de modo que puedan tomar decisiones fundamentadas y evitar malentendidos derivados de otros puntos de vista.
Crisanto valoró positivamente los espacios de diálogo con la empresa encargada del proyecto, agradeciendo la oportunidad de participar activamente en estos encuentros. Según él, estos diálogos son esenciales para que la comunidad comprenda de manera clara los beneficios y objetivos de El Algarrobo.
«Mirando bien a través de estos diálogos, para mí (el proyecto El Algarrobo) es muy bueno, traerá mucho desarrollo», afirmó.
Además, hizo hincapié en que el proceso de implementación del proyecto hídrico será monitoreado durante tres años. En dicho periodo se evaluarán de manera detallada los avances. En su opinión, la coordinación continua entre la empresa y la población será clave para asegurar el éxito del proyecto.
Por otro lado, Crisanto subrayó que la iniciativa no solo tiene como fin mejorar el abastecimiento de agua para consumo humano. También contribuirá al impulso de la agricultura en la margen izquierda del río, una zona que históricamente ha enfrentado dificultades debido a la escasez de este recurso.
«Nos van a poner un proyecto hídrico para consumo humano y para la agricultura, eso es lo que nosotros deseamos», añadió.
El agua es la prioridad
El proyecto «El Algarrobo» tiene como prioridad abordar el acceso al agua en Locuto antes de iniciar cualquier actividad minera en la zona. La empresa Buenaventura S.A.A., encargada de su ejecución, explicó que la inversión no solo beneficiará el suministro hídrico, sino que también impulsará sectores clave como la agricultura y la ganadería.
A diferencia de otros proyectos mineros en la región, El Algarrobo comenzará con una fase inicial de tres años enfocada en el diseño de un estudio que permita desarrollar una solución hídrica efectiva. Esto mientras que se construye un acuerdo social con la comunidad. Una vez finalizada esta etapa, se iniciará con la ejecución del Proyecto hídrico en paralelo con la exploración minera por 5 años.
Después de 8 años de trabajos preliminares, iniciarán la elaboración de los permisos respectivos para pasar a la etapa de construcción y operación de la mina. Este enfoque progresivo y coordinado ha sido bien recibido por los pobladores, quienes esperan que el proyecto cumpla con las expectativas de desarrollo prometidas.