Chile se prepara para una jornada electoral decisiva en la que la ciudadanía elegirá a su próximo presidente en un contexto dominado por la inseguridad pública, la desaceleración económica y un marcado descontento con el Gobierno actual. Con ocho candidatos en competencia, la elección presidencial en Chile se perfila como una de las más complejas de los últimos años, especialmente por la fragmentación política y la obligatoriedad del voto, factores que podrían definir una eventual segunda vuelta.
Inseguridad y economía: ejes centrales del voto ciudadano
La elección presidencial en Chile se realizará este domingo y definirá a quien asumirá el poder el próximo 11 de marzo de 2026. Los electores acudirán a las urnas para escoger entre ocho candidatos, además de renovar 179 cargos, entre ellos 23 senadores y los 155 escaños de la Cámara de Diputadas y Diputados.
Entre los aspirantes figuran figuras de amplio reconocimiento en el escenario político nacional, como Evelyn Matthei, Eduardo Artés, Marco Enríquez-Ominami y Franco Parisi. También compiten Johannes Kaiser y Harold Mayne-Nicholls, además de dos representantes de los extremos del espectro político: Jeannette Jara, exministra de Trabajo del Gobierno de Gabriel Boric, y José Antonio Kast, líder del Partido Republicano, quien ya disputó la segunda vuelta de 2021.
Analistas consultados señalan que la elección estará fuertemente condicionada por el ambiente de inseguridad pública. Las cifras del Instituto Nacional de Estadísticas muestran un incremento sostenido de víctimas de delitos desde 2021, pasando de 958.054 ese año a 1.330.348 en 2024, lo que representa un crecimiento del 10,8 % entre 2023 y 2024.
A estos datos se suman episodios de alto impacto mediático, como el secuestro y homicidio del exmilitar venezolano Ronald Ojeda, cuyo caso ha generado tensiones diplomáticas con Venezuela y múltiples detenciones. Para diversos expertos, este tipo de hechos ha intensificado la percepción de vulnerabilidad entre los votantes.
Luz Araceli González, académica del Tecnológico de Monterrey, señaló: “El combate al crimen organizado, a las bandas delincuenciales, todos estos lastres que padece la sociedad y que la hacen sentirse secuestrada por los altos niveles de tráfico de drogas y otras actividades influirán en el rumbo del electorado”.
Javier Aeloíza, coordinador académico de la Escuela de Gobierno de la Universidad Andrés Bello, coincidió en la relevancia de la inseguridad: “Seguridad, y muchos candidatos así lo han planteado, va asociado al crecimiento. La regla general es que la inseguridad no fomenta el crecimiento económico”.
En paralelo, la economía también marca el pulso electoral. Según el Banco Mundial, el Producto Interno Bruto de Chile registró fluctuaciones durante los últimos cinco años: cayó 6,1 % en 2020, repuntó 11,3 % en 2021 y luego avanzó 2,2 % en 2022. Posteriormente, creció apenas 0,5 % en 2023 antes de recuperar 2,6 % en 2024. Analistas coinciden en que estos niveles no han sido suficientes para mejorar la creación de empleo ni las condiciones de vida, desafíos que siguen latentes desde el estallido social de 2019.
La baja aprobación de Boric y el peso político en la jornada electoral
El proceso electoral llega en un momento complejo para el Gobierno de Gabriel Boric. De acuerdo con la encuesta Plaza Pública Cadem, en octubre el 62 % de la ciudadanía desaprobó su gestión, mientras que solo el 33 % la respaldó. Aunque no se trata de sus peores cifras, reflejan un malestar persistente.
Aeloíza afirmó: “La señal es inequívoca y la misma candidata del oficialismo ha sido crítica y ha sido reflexiva respecto de lo que se creyó que se podía hacer, lo que se prometió hacer y lo que efectivamente ocurrió”.
El analista también enfatizó que la imposibilidad de concretar toda la agenda inicial del Gobierno obligó a modificar prioridades, lo que generó “una cuota de improvisación” y alimentó la frustración ciudadana, particularmente tras el fallido proceso constituyente.
Frente a un escenario fragmentado, los especialistas consideran improbable que alguno de los candidatos gane en primera vuelta. Patricio Navia, profesor de la Universidad de Nueva York, señaló al pódcast “Y esto no es todo” que la votación de las fuerzas de derecha podría alcanzar cerca del 60 % en conjunto, un factor que marcará el mapa electoral.
La obligatoriedad del voto agrega un elemento de incertidumbre, ya que participarán ciudadanos que no han votado anteriormente en elecciones presidenciales. Asimismo, las alianzas serán decisivas tras conocerse los resultados del domingo. “Diría que lo más interesante en este momento es qué ocurrirá después de que sepamos los resultados, qué van a hacer cada uno de los candidatos que no pasen a segunda vuelta y qué apoyos van a dar”, afirmó Aeloíza.
Con este panorama, Chile se encamina a una definición presidencial que, según la normativa vigente, podría extenderse hasta el próximo 14 de diciembre en caso de balotaje.










