En Piura, la pobreza sigue siendo una realidad persistente, a pesar de una leve mejora en el último año. A 2024, el 31.9% de su población vive en situación de pobreza, una disminución respecto al 33.1% registrado en 2023, según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI). Esto significa que más de 682 mil piuranos son pobres, 23 mil personas menos que el año anterior. Sin embargo, la región aún no logra recuperar los niveles pre pandemia (24.2%).
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“Para que más personas salgan de la pobreza, necesitamos un crecimiento económico que genere empleo en sectores donde la gente más vulnerable pueda trabajar, como la agricultura, la construcción y el turismo. Estos sectores pueden ser una puerta de entrada para quienes buscan mejorar sus ingresos, pero su impacto será mayor si van acompañados de políticas públicas que impulsen la inversión y fomenten el empleo formal. Es decir, trabajos con derechos y salarios justos, que realmente permitan a más personas mejorar su calidad de vida y salir adelante”, explicó Germán Vega, economista de la Red de Estudios para el Desarrollo (REDES).
En 2024, Piura fue una de las regiones con menor crecimiento económico en el país: su economía apenas avanzó un 0.6% tras dos trimestres de caída. Esto tiene un impacto directo en la población, ya que cuando la economía no crece, hay menos empleo y menos oportunidades para salir adelante. Hoy, Piura es la novena región con mayor pobreza en el país, y si la situación económica no mejora, será más difícil que las familias puedan superar la pobreza.
Para reducir la pobreza, es clave crear empleos formales que ofrezcan estabilidad y mejores ingresos. Hoy, Piura es la tercera región con más personas trabajando en la informalidad. Según el Ministerio de Trabajo, más de 629 mil piuranos –principalmente agricultores y comerciantes– trabajan sin contrato, sin seguro y sin derechos laborales básicos. Esto los deja en una situación vulnerable: sin estabilidad ni ingresos suficientes, es casi imposible acceder a una vida digna o salir adelante.
El costo de la pobreza: ingresos insuficientes y vulnerabilidad social
En el país, se considera que una persona está en situación de pobreza cuando no cuenta con el dinero suficiente para cubrir sus necesidades básicas, como comida, transporte, salud y educación. De hecho, quienes viven en pobreza no pueden pagar una canasta básica, cuyo costo actual es de S/454. La situación es aún más preocupante si tomamos en cuenta que, según el INEI, una familia de cuatro personas que vive en la costa urbana necesita al menos S/1,832 mensuales para cubrir lo esencial.
Si una persona no cuenta con un ingreso suficiente para cubrir estos gastos, queda atrapada en un ciclo de vulnerabilidad. El especialista señaló que esto se traduce en que esta persona tendrá dificultades para comprar alimentos nutritivos, dependerá de servicios de salud limitados y enfrentará obstáculos para trasladarse a lugares de trabajo o estudio. Con el tiempo, se deterioran sus oportunidades de desarrollo, limitando su capacidad para progresar y aportar al crecimiento económico del país.
“Salir de la pobreza no depende únicamente del ingreso, sino también del entorno en el que una persona crece, y de las oportunidades educativas y formativas que recibe desde la infancia. Por ello, hoy hablamos de pobreza multidimensional, un enfoque que no solo considera la falta de ingresos, sino también las condiciones estructurales que impactan el bienestar, como el acceso a servicios esenciales, la infraestructura y las oportunidades educativas. En Piura, la pobreza no solo se manifiesta en ingresos insuficientes, sino también en las barreras sociales y económicas que limitan las posibilidades de mejorar la calidad de vida”, concluyó el economista de REDES.