Japón, campeón del Mundial Femenino de 2011, ha expresado su deseo de organizar la edición de 2031 con el objetivo de revitalizar el fútbol femenino en el país. Esta ambición se da en un contexto donde el deporte ha perdido terreno frente a Europa y Norteamérica, según explicó Tsuneyasu Miyamoto, presidente de la Federación Japonesa de Fútbol (JFA).
Un impulso necesario para el fútbol femenino japonés
Tsuneyasu Miyamoto afirmó que uno de los principales objetivos de organizar el Mundial 2031 es «realzar la calidad del fútbol femenino en Japón». A pesar de su histórica victoria en 2011 y haber sido finalistas en 2015, Japón no ha logrado superar los cuartos de final en las ediciones más recientes del torneo. Miyamoto lamentó que el país no capitalizó adecuadamente el triunfo de 2011 y destacó la necesidad de atraer más jugadoras y mejorar la liga local.
La WE League, la liga femenina de Japón, fue lanzada en 2021, pero aún está lejos de generar el mismo interés o ingresos que sus contrapartes en Europa o Estados Unidos. Miyamoto espera que, al albergar el Mundial, el país pueda crear una cultura futbolística más sólida que integre el deporte en la vida diaria de los japoneses, tal como ocurre en otras naciones.
Japón se enfrenta a competencia para organizar el Mundial
Además de Japón, otros países también están interesados en albergar el Mundial Femenino de 2031. Entre los competidores se encuentran Inglaterra, China y una posible candidatura conjunta de Estados Unidos y México. Japón ya cuenta con experiencia en la organización de eventos de este nivel, habiendo coorganizado el Mundial masculino en 2002 junto a Corea del Sur, y ahora espera replicar ese éxito en el fútbol femenino.
Con esta candidatura, Japón busca no solo ser la sede de un evento mundial, sino también revitalizar un deporte que ha dado grandes alegrías al país y que necesita un nuevo impulso para continuar creciendo.