Entre el 9 y el 11 de noviembre, el Instituto Geofísico del Perú (IGP) registró tres impactos solares consecutivos que han intensificado el flujo de partículas energéticas que llega al planeta. Este fenómeno, asociado a una tormenta geomagnética de alta magnitud, ha activado el monitoreo continuo del radar ionosférico de Jicamarca, debido a los posibles efectos sobre comunicaciones, navegación satelital y otros sistemas sensibles. El evento ha sido considerado uno de los más relevantes del año.
- Lee también: Cuota de pesca de anchoveta 2025: PRODUCE fija 1.63 millones de toneladas para la Segunda Temporada
Actividad solar extrema registrada por el IGP en Jicamarca
El Instituto Geofísico del Perú, entidad técnica adscrita al Ministerio del Ambiente, confirmó que su sede en Jicamarca reportó tres fulguraciones solares continuas entre el domingo 9 y el martes 11 de noviembre de 2025. Estas emisiones se produjeron en intervalos menores a 24 horas, lo que incrementó sustancialmente la intensidad del viento solar.
El jefe institucional del IGP, Hernando Tavera, explicó que este fenómeno ha elevado el flujo de partículas energéticas que atraviesan la atmósfera terrestre. Según indicó: “En este momento, nuestro planeta se encuentra atravesando un intenso flujo de partículas energéticas que corresponde a una de las más intensas de este año”.
Este tipo de eventos suele provocar variaciones en el clima espacial, incrementando la carga energética que impacta directamente sobre la ionósfera, una capa fundamental para la propagación de señales de radio y sistemas de navegación.
Tormenta geomagnética G4 y su impacto en el clima espacial
El director de Ciencias del Geoespacio del IGP, Danny Scipión, precisó que el fenómeno corresponde a una tormenta geomagnética intensa clasificada como G4, una categoría que se ubica solo un nivel por debajo de las tormentas extremas G5. El evento alcanzó un índice de perturbación magnética de 8, uno de los valores más altos registrados en el año.
De acuerdo con el funcionario: “El pico máximo de este flujo se produjo, aproximadamente, al mediodía de ayer, 12 de noviembre”.
El monitoreo se realiza desde Jicamarca mediante:
-
Radar ionosférico, que mide en tiempo real la variación de electrones en la ionósfera.
-
Ionosondas, para identificar alteraciones en la propagación de ondas de radio.
-
Magnetómetros, que detectan perturbaciones en el campo magnético terrestre.
-
Receptores GPS/GNSS, esenciales para evaluar los efectos de la tormenta en la navegación satelital.
Estas herramientas permiten evaluar la influencia del clima espacial sobre el ecuador magnético, una región especialmente sensible a las variaciones generadas por el viento solar.
Efectos potenciales en comunicaciones y sistemas GPS
Las tormentas geomagnéticas, como la registrada en noviembre, pueden generar diversos impactos en la infraestructura tecnológica. Entre los efectos más relevantes se encuentran:
-
Interrupciones en comunicaciones radiales de alta frecuencia.
-
Errores en la señal GPS que afectan navegación aérea, marítima y terrestre.
-
Interferencias en equipos que dependan de la sincronización satelital.
-
Variaciones en la densidad ionosférica que dificultan la transmisión de datos.
En relación con estos impactos, Scipión recordó un caso ocurrido recientemente: “En mayo del año pasado, se registraron intensas tormentas geomagnéticas en Canadá que ocasionó que varios tractores con localización GPS, usados por agricultores, perdieran su rumbo y quedaran inutilizados por varias horas, demostrando que este tipo de eventos afectan seriamente las actividades de la civilización. De allí la importancia de estudiarlos y monitorearlos”.

