Dos proyectos de ley buscan reinstaurar el Servicio Militar Obligatorio en el Perú como una estrategia para prevenir la delincuencia juvenil. Estas iniciativas, presentadas recientemente en el Congreso, pretenden alejar a los jóvenes de contextos delictivos y ofrecerles un entorno de disciplina y formación en valores.
Proyectos que buscan cambiar la Ley del Servicio Militar
La Municipalidad Distrital de Los Olivos y la congresista María Acuña, de la bancada Alianza para el Progreso, lideraron las propuestas que fueron entregadas el fin de semana pasado. Ambas plantean modificaciones a la Ley 29248, que regula el Servicio Militar, con un enfoque en jóvenes vulnerables.
El proyecto presentado por Los Olivos sugiere que el Servicio Militar sea obligatorio para quienes cumplan ciertas características específicas, como:
- Estar desempleados durante más de 6 a 12 meses consecutivos.
- No cursar estudios básicos, superiores o de posgrado.
- Contar con una sentencia en primera instancia por omisión de asistencia familiar.
Según esta iniciativa, los jóvenes serían integrados a un entorno que fomente disciplina, valores y entrenamiento, alejándolos de posibles actividades delictivas y ofreciéndoles herramientas para una vida más productiva.
Enfoque en derechos humanos y capacitación técnica
La propuesta de la congresista María Acuña establece que el Servicio Militar sería obligatorio tanto para hombres como para mujeres a partir de los 18 años. Además, recalca la importancia de respetar los derechos humanos durante su implementación.
El documento también subraya que el servicio incluiría:
- Capacitación técnico-productiva.
- Oportunidades para el desarrollo personal de los participantes.
Asimismo, se asegura que los jóvenes no serán sometidos a tratos humillantes ni a violencia física, verbal o psicológica. Este enfoque busca que el programa sea formativo y respetuoso, promoviendo la reinserción de los jóvenes en la sociedad de manera positiva.
Ambos proyectos argumentan que la obligatoriedad del servicio puede ayudar a reducir la delincuencia juvenil, en un contexto donde la edad de las personas involucradas en actividades delictivas se sitúa entre los 12 y los 35 años.