La salud pública es clave para el desarrollo de Piura, pero la situación actual es preocupante. Según el Ministerio de Salud (Minsa), el 97% de los centros de salud de primer nivel en la región no cuenta con la infraestructura ni el equipamiento necesario para brindar atención básica. En detalle, de los 465 establecimientos existentes, solo 13 están en condiciones adecuadas.
“La falta de infraestructura y equipamiento adecuado en los centros de salud limita el acceso de la población a servicios médicos oportunos y de calidad. Esto deriva en diagnósticos tardíos, tratamientos incompletos y un mayor riesgo de complicaciones en los pacientes. Además, la incertidumbre de no contar con un sistema de salud capaz de responder a las necesidades básicas impacta negativamente en la calidad de vida”, indicó Germán Vega, economista de la Red de Estudios para el Desarrollo (REDES).
La insuficiente capacidad de los centros de salud se agrava en contextos de alta demanda sanitaria, como el incremento de Infecciones Respiratorias Agudas (IRAS), que suelen presentarse con síntomas como tos, nariz tupida, fiebre, dolor de oído y/o dificultad para respirar. Hasta abril de 2025, Piura ha registrado 33,759 casos de IRAS, posicionándose como la tercera región con mayor incidencia a nivel nacional. Las provincias más afectadas son Piura (14,997 casos), Sullana (5,406) y Talara (2,588), evidenciando que miles de personas enfrentan estas enfermedades en un sistema que no garantiza atención oportuna.
“La falta de atención médica oportuna agrava enfermedades que podrían haberse manejado con intervenciones básicas, prolongando el tiempo de recuperación y aumentando los costos del tratamiento. Esta situación no solo compromete el bienestar del paciente, sino que también reduce su productividad laboral debido a ausencias prolongadas, afectando directamente sus ingresos. Por ejemplo, un obrero que no recibe tratamiento temprano por una IRA podría ausentarse varios días del trabajo, lo que implica una pérdida económica inmediata. Al reincorporarse, su capacidad para realizar tareas físicas demandantes podría verse limitada por una recuperación más lenta”, precisó el especialista.
Falta de personal y recursos médicos
La brecha en la atención médica en Piura se agrava por la falta de personal de salud. Según el Minsa, la región ocupa el penúltimo lugar a nivel nacional en disponibilidad de médicos, con solo 7 doctores por cada 10 mil habitantes, muy por debajo del estándar de la OCDE, que recomienda 35 médicos por cada 10 mil habitantes. Además, la infraestructura hospitalaria es igualmente deficiente: en 2024, SUSALUD reportó 5 camas por cada 10 mil habitantes, situando a Piura como la segunda peor región del país en disponibilidad de camas.
La limitada disponibilidad de médicos y recursos afecta directamente a los pacientes, y la situación se agrava considerando que solo el 46% de los establecimientos de primer nivel en Piura opera al menos 12 horas al día. Según el especialista, es fundamental extender el horario de atención para facilitar el acceso a los servicios de salud antes o después de la jornada laboral o académica, garantizando así una cobertura más inclusiva.
“Cuando el sistema público no puede satisfacer la demanda de atención, muchas familias se ven forzadas a recurrir al sector privado, incurriendo en costos adicionales no previstos. Estos gastos afectan principalmente a los hogares de menores ingresos, que deben destinar una mayor parte de sus recursos a servicios de salud, lo que limita su capacidad para cubrir otras necesidades básicas. De esta manera, se evidencia que la falta de acceso equitativo a la salud profundiza las desigualdades económicas existentes”, señaló Vega.
Falta de medicinas en hospitales golpea el bolsillo familiar
El acceso a medicamentos en los centros de salud públicos en Piura es inconsistente, lo que obliga a muchas familias a incurrir en gastos no planificados. En marzo de 2025, solo 7 de cada 10 establecimientos contaban con más del 80% de los medicamentos esenciales. Aunque esto representa una mejora respecto a enero (45.6%), sigue estando por debajo del nivel registrado en diciembre de 2024, cuando casi 9 de cada 10 centros tenían suficiente stock. Esta inestabilidad afecta especialmente a los hogares de menores ingresos. Según la ENAHO, en 2022, las familias en Piura gastaron en promedio S/502 al año en medicamentos y S/583 en otros servicios de salud.
“Es fundamental recuperar la confianza de la ciudadanía en el primer nivel de atención. La falta de centros de salud adecuados, con insumos, personal médico y capacidad resolutiva, obstaculiza el desarrollo del sistema. Cuando un paciente acude a un establecimiento y no encuentra ni al profesional de salud ni los medicamentos necesarios, y además no recibe una solución efectiva, pierde confianza y evita regresar. Recuperar esa confianza no solo implica una inversión significativa, sino también una gestión eficiente de los recursos disponibles”, concluyó el economista de REDES.