El presidente ejecutivo del Instituto Geofísico del Perú (IGP), Hernando Tavera, y el jefe del Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci), Juan Carlos Urcariegui, explicaron el estado actual del Sistema de Alerta Sísmica Peruano (SASPE), una iniciativa que aún está en fase de implementación.
Como se sabe, el pasado 15 de junio, el sismo de magnitud 6.1 registrado el domingo con epicentro en el Callao dejó un fallecido y al menos 36 personas heridas, según datos del Centro de Operaciones de Emergencia Nacional (COEN). Tras el evento, ciudadanos de Lima y otras regiones afectadas cuestionaron la ausencia de una alerta temprana que les advirtiera del movimiento telúrico.
¿Qué es el SASPE y en qué consiste su implementación?
El Sistema de Alerta Sísmica Peruano (SASPE) está diseñado para emitir una alerta previa a la percepción de un sismo. A diferencia del SISMATE —el cual difunde mensajes de prevención antes, durante y después de emergencias—, el SASPE busca advertir segundos antes de que el movimiento telúrico sea percibido.
El IGP informó que ya se ha concluido la etapa de investigación y se han instalado 111 sensores de alta fidelidad en zonas costeras y en islas. También se han implementado centros de control en cada gobierno regional, los cuales serán clave para la operación del sistema.
Cuando se registre un sismo, estos sensores podrán detectar el evento, calcular su magnitud y ubicación, y si el sismo supera los 6 grados, se activará automáticamente una señal que encenderá sirenas instaladas en postes distribuidos en diversas regiones.
¿Cuándo estará listo el sistema?
Según Indeci, el sistema estará completamente implementado en septiembre de 2025. Actualmente, se están instalando 114 postes con sirenas en Lima Metropolitana 1 y 2, Lima Provincias, Arequipa, y con un 97 % de avance en Ica y Tacna, en tanto, Moquegua es la región pendiente de instalación.
Estos dispositivos emitirán alertas sonoras en 10 departamentos de la costa peruana. Tras la entrega del sistema por parte de Indeci, el IGP iniciará la fase de pruebas conocida como «marcha blanca», etapa en la que la población podrá familiarizarse con las alertas y aprender cómo actuar ante una emergencia sísmica.
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