La ciudad de Chiclayo, en el norte del Perú, vivió este jueves una jornada de emoción y orgullo tras la elección del cardenal Robert Francis Prevost como papa, bajo el nombre de León XIV. La noticia fue recibida con alegría por los fieles de la diócesis que él pastoreó durante casi una década, quienes lo recuerdan como un líder cercano, humilde y comprometido con las causas sociales.
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Un saludo “en modo particular” a su antigua diócesis
Desde el balcón central de la Basílica de San Pedro, en su primer mensaje como Sumo Pontífice, el papa León XIV dirigió un saludo especial “en modo particular” a su “querida diócesis de Chiclayo en el Perú”, gesto que generó vítores y emoción entre los presentes en la catedral local.
“Estamos muy contentos por esta elección tan bonita. Tener un papa peruano nos llena de júbilo. Aquí siempre celebraba la misa dominical”, declaró a la agencia EFE Alicia, una de las feligresas que acudió a la catedral Santa María.
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Recuerdos y afecto de los chiclayanos
Los fieles que conocieron de cerca al ahora pontífice destacaron su sencillez y cercanía. “Es un papa que se mojó en el barro con sus botas”, recordó Alicia, al aludir a su participación activa en las labores pastorales durante los embates del fenómeno de El Niño en 2019 y 2020.
Por su parte, Ana María, otra feligresa que acudió al templo, expresó su gratitud: “Estoy supercontenta y agradecida de nuestro padre celestial. Monseñor Roberto siempre fue un pastor dedicado y estoy segura de que guiará bien a la Iglesia”.
A las afueras de la catedral, un grupo de ciudadanos expresó su entusiasmo con cánticos y vítores: “¡Viva Chiclayo! ¡Viva el papa León XIV!”. Algunos incluso encomendaron su pontificado al «Niño del Milagro de Eten», una devoción local basada en una supuesta aparición eucarística en el siglo XVII.
“Siempre nos aconsejaba vivir felices y unidos”
Bruno, trabajador de la catedral, recordó que la noticia fue recibida con gran alegría: “Todo Chiclayo saltó de alegría. Él siempre nos decía que lo importante era vivir felices, en paz y unidos como Iglesia católica”.
Otros, como Edmundo, compartieron detalles cotidianos de su cercanía con la comunidad. “Le gustaba el ceviche, el cabrito, toda la comida norteña. Para toda su vida, Chiclayo va a quedar en su corazón”, señaló.