La economía en Piura sigue dando señales positivas. Entre enero y marzo de este año, la región creció un 5.7% en comparación con el mismo periodo del 2024, según el Instituto de Estadística e Informática (INEI). Este crecimiento fue mayor al promedio nacional (3.9%) y demuestra una recuperación sostenida. ¿Qué significa esto? Que se están moviendo más sectores productivos, hay más oportunidades de trabajo y más dinero circulando en la región.
“Cuando la economía regional avanza, lo hace porque hay más actividad en sectores como manufactura, agricultura y transporte. Eso significa que las empresas de esos rubros venden más, producen más o prestan más servicios. Al hacerlo, necesitan contratar personal, comprar insumos y mover mercancías. Así se crean empleos y se generan ingresos más estables para las familias. Ese crecimiento es importante porque se traduce en mayor bienestar para todos los piuranos, especialmente para las personas más vulnerables”, precisó Germán Vega, economista de la Red de Estudios para el Desarrollo (REDES).
Una parte del crecimiento del primer trimestre se explica porque este año hubo más días laborables. En 2023, la Semana Santa cayó en marzo, lo que redujo el número de jornadas hábiles en ese mes. En cambio, en 2024 los feriados se concentraron en abril, permitiendo que entre enero y marzo se aprovechen más días para el trabajo y la producción.
Gran parte del impulso de crecimiento vino del sector manufactura: la magia que sucede en las fábricas cuando las materias primas se transforman en productos que llegan a nuestras manos. Por ejemplo, en Piura destacó la refinación de diésel que sirve para el combustible, la producción de cemento que es la base de toda construcción y la elaboración de conservas de pescado y pota congelada. El INEI señaló que esta gran actividad económica creció más de un 21% entre enero y marzo y, con ello, se convirtió en el motor principal de crecimiento en la región.
Asimismo, el campo piurano dio frutos: en los primeros meses del año, la producción agrícola creció casi 20%, por la buena temporada de cosechas y la demanda de productos. Por ejemplo, el mango tuvo buenos resultados y posicionó a Piura como el mayor productor del país. También hubo un gran salto en la producción de uva, frijol caupí y yuca. Este crecimiento va de la mano con el trabajo en el campo, en donde las familias que viven de la agricultura tienen más ingresos.
A su vez, el sector transporte también ayudó a crecer la economía. Durante el mismo periodo, el sector transporte tuvo un avance de más del 10%, gracias al movimiento de personas durante el Carnaval de Catacaos –una de las fiestas más importantes de Piura– y al transporte de carga en el puerto de Paita, un punto clave para el comercio. Todo ese ir y venir, tanto de pasajeros como de productos, activa otros negocios: desde el turismo hasta el comercio local. Eso significa más trabajo e ingresos para quienes manejan buses, atienden en hoteles, venden alimentos o participan en actividades relacionadas.
“Cuando la economía de una región crece, también mejoran los ingresos de las familias, porque hay más empleo, inversión y movimiento económico. Esto ayuda especialmente a reducir la pobreza en las zonas más vulnerables. El reto es lograr que este crecimiento se mantenga en el tiempo. Para eso, es clave asegurar un entorno de estabilidad política y social que dé confianza a quienes quieren invertir en la región”, concluyó el economista de REDES.