El Vaticano ha tomado una decisión que resonará en la historia de la Iglesia Católica y del Sodalicio de Vida Cristiana. Luis Fernando Figari, fundador de esta organización católica, fue expulsado tras ser acusado de abuso sexual infantil. Este hecho marca un punto crucial en la lucha contra la impunidad dentro de la Iglesia y subraya la importancia de proteger a los fieles.
La decisión del Vaticano: una medida para restablecer la justicia
El Vaticano, a través de un decreto oficial, expulsó a Luis Fernando Figari del Sodalicio de Vida Cristiana. Esta medida, según la Santa Sede, busca «restablecer la justicia dañada por el comportamiento» de Figari durante muchos años. Además, pretende «proteger en el futuro el bien individual de los fieles y de la Iglesia», mostrando un compromiso renovado con la transparencia y la justicia dentro de la institución.
La CEP hace de conocimiento público el Decreto emitido por el Dicasterio para la Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica – Santa Sede, que informa la expulsión del Sr. Luis Fernando Figari Rodrigo, de la sociedad de vida apostólica Sodalicio de Vida Cristiana. pic.twitter.com/uF0A3X2jUd
— Conferencia Episcopal Peruana (@conf_episcopal) August 14, 2024
El Sodalicio de Vida Cristiana: una historia marcada por controversias
Fundado en 1971, el Sodalicio de Vida Cristiana llegó a contar con más de 20 mil seguidores en 25 países. En 1997, fue reconocido oficialmente por el Papa Juan Pablo II, lo que le otorgó un estatus significativo dentro de la Iglesia Católica. Sin embargo, en 2015, la organización comenzó a ser investigada por la Fiscalía peruana tras la publicación del libro «Mitad monjes, mitad soldados», escrito por Pedro Salinas y Paola Ugaz. Este libro reveló 30 testimonios de abusos ocurridos a lo largo de casi 30 años, con Figari como uno de los principales acusados.
La lucha de las víctimas y la respuesta tardía del Vaticano
Entre los testimonios presentados, cinco narran episodios de abuso sexual, tres de los cuales señalan directamente a Figari como el perpetrador. A pesar de que estos casos fueron presentados al Vaticano en 2011, no recibieron una respuesta inmediata, lo que generó frustración y un sentimiento de abandono entre las víctimas. No fue sino hasta años después que la Iglesia tomó acciones decisivas, como la reciente expulsión de Figari.
La reacción de la sociedad civil y las implicaciones para el Sodalicio
La expulsión de Figari ha sido vista como un triunfo para las víctimas y sus defensores. Paola Ugaz, coautora del libro que destapó el escándalo, destacó en sus redes sociales que la medida llega 53 años después de la fundación del Sodalicio y 24 años después de la primera denuncia pública contra Figari. Sin embargo, la organización ha negado categóricamente que los abusos sean una práctica extendida dentro de sus filas, aunque admite la existencia de abusos físicos y psicológicos a nivel individual.
Un capítulo oscuro en la historia de la Iglesia
El caso de Luis Fernando Figari y el Sodalicio de Vida Cristiana ha sido uno de los más notorios dentro de la Iglesia Católica en América Latina. La decisión del Vaticano de expulsar a Figari es un paso importante hacia la justicia, pero también es un recordatorio de los desafíos que enfrenta la Iglesia para erradicar el abuso y proteger a sus fieles. Este capítulo, aunque doloroso, es una lección para el futuro, y un llamado a no bajar la guardia en la protección de los más vulnerables.
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