La cuarta jornada de la marcha Generación Z estuvo marcada por arrestos y denuncias de represión policial en Lima. La Coordinadora Nacional de Derechos Humanos (CNDDHH) reportó seis detenidos, entre ellos un menor de edad, además de catorce agresiones y dos ataques a periodistas. Testimonios de manifestantes y comuneros denunciaron uso de armas, bombas lacrimógenas y perdigones en zonas donde también se encontraban niños y comerciantes.
Arrestos y agresiones registrados por la CNDDHH
De acuerdo con el registro de la CNDDHH, la Policía Nacional detuvo a seis personas durante la movilización, de las cuales tres continúan bajo custodia. Entre los arrestados figura un menor de edad. El organismo también documentó catorce casos de agresiones y dos ataques contra miembros de la prensa.
En uno de los incidentes, periodistas fueron arrinconados y se les restringió cubrir en directo el desarrollo de las protestas. La organización señaló en redes sociales que la violencia policial y las detenciones arbitrarias constituyen una vulneración de derechos fundamentales, recordando que la protesta no puede ser tratada como un delito.
Policías apuntaron armas y usaron bombas en Cantagallo
Imágenes de la movilización mostraron a agentes de la Policía Nacional apuntando con armas hacia manifestantes desde un puente peatonal en Acho. En el lugar también se encontraban niños y comerciantes ajenos a la protesta, quienes quedaron expuestos a la acción policial.
De manera paralela, la PNP ingresó a la comunidad shipiba de Cantagallo, donde se lanzaron bombas lacrimógenas y se dispararon perdigones. Testimonios de comuneros señalaron que varias personas resultaron heridas dentro de sus viviendas mientras intentaban proteger a niños y familiares.
«Han entrado la Policía a tirar perdigones a cualquiera que encontraron. Nosotros no tenemos nada que ver», declaró un comunero. Otra vecina aseguró que padres y niños jugaban en su casa cuando los efectivos ingresaron directamente.