El Poder Judicial de San Martín ha dictado nueve meses de prisión preventiva contra Iván Kusmin, un ciudadano ucraniano que confesó haber asesinado brutalmente a la joven rusa Liudmila Lazarenko durante una ceremonia de ayahuasca en Yurimaguas, Loreto. El crimen, ocurrido en un centro de sanación, ha conmocionado a la comunidad local y ha puesto en marcha una investigación exhaustiva.
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El trágico evento durante la ceremonia de ayahuasca
Según el testimonio del acusado, durante la ceremonia en la que ambos participaban, experimentó un efecto extraño tras consumir ayahuasca y un hongo, lo que lo llevó a percibir a la víctima como un espíritu maligno. En un estado de descontrol, Kusmin golpeó a Lazarenko con una botella y posteriormente la descuartizó en la habitación que compartían en el centro de sanación. El horror de su confesión ha dejado a la comunidad en estado de shock.
La confesión que estremeció a la justicia
Kusmin, al ser interrogado por la Policía, confesó fríamente su crimen, afirmando: “Tomé ayahuasca y durante la ceremonia miré a ‘Lucía’, vi en ella mala energía y para que libre su alma la maté”. Esta declaración, junto con la falta de arraigo del acusado en Perú, llevó a la Fiscalía a solicitar su prisión preventiva. El Poder Judicial de San Martín acogió la solicitud y ordenó su reclusión en el penal de Yurimaguas mientras continúan las investigaciones.
Consecuencias legales y el futuro del caso
La Fiscalía ha acusado a Kusmin de homicidio calificado, un delito que en Perú puede conllevar una pena de hasta 35 años de cárcel. Durante su declaración ante el juzgado, el propio Kusmin reconoció la gravedad de su acto y mencionó que merecía la “pena de muerte”. Aunque esta pena no se aplica en Perú, su confesión podría influir en la severidad de la sentencia.
Mientras tanto, el cuerpo de Liudmila Lazarenko permanece en la morgue del hospital, a la espera de la llegada de sus familiares desde Rusia. La joven deja dos hijas en la orfandad y un esposo viudo, sumando más dolor a esta trágica historia.
