Máximo Napa Castro, un pescador iqueño, se ha convertido en un símbolo de esperanza y resistencia después de sobrevivir 95 días perdido en alta mar. Su milagrosa historia conmovió a su familia y al país entero, desde el momento en que salió a faenar el 7 de diciembre de 2024 en Marcona, región Ica, hasta su rescate el pasado 12 de marzo frente a las costas de Ecuador.
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Un naufragio inesperado
El 7 de diciembre, Máximo partió a bordo de la embarcación “El Gatón 2” para realizar una faena de pesca en el mar de Marcona. Sin embargo, las adversas condiciones climáticas desviaron su rumbo, perdiendo contacto con su familia diez días después de zarpar. Desde entonces, sus seres queridos iniciaron una búsqueda desesperada junto con la comunidad pesquera local y las autoridades marítimas, aunque sin éxito.
Durante semanas, Máximo estuvo completamente solo en alta mar, enfrentando condiciones extremas: sin alimento ni agua potable, expuesto a los elementos y luchando contra el agotamiento físico y mental. Según relató, logró sobrevivir gracias a su ingenio y fe, recolectando agua de lluvia en los últimos días y utilizando leña y madera de su bote para cocinar lo poco que pudo conseguir.
El rescate milagroso
El miércoles 12 de marzo, una embarcación pesquera ecuatoriana encontró a Máximo a 680 millas de la costa, en estado crítico y deshidratado. El pescador llevaba 15 días sin agua ni comida tras acabarse sus provisiones. La tripulación lo auxilió de inmediato, brindándole alimentos, agua y ropa, salvándole la vida en el último momento posible.
“Estaba muy mal, ya no habría sobrevivido. Al día siguiente no habría amanecido”, confesó Máximo, quien aseguró que su fe y el recuerdo constante de su familia fueron su mayor apoyo durante esta odisea. “Me acordaba de mis hijos, de mi mamá, de toda mi familia. Hablaba todos los días con Dios, le preguntaba por qué estaba pasando esto”, añadió emocionado.
Un reencuentro emotivo
Tras su rescate, Máximo logró comunicarse con su familia mediante una videollamada. Fue un momento lleno de lágrimas y alegría para todos, especialmente para su madre, quien nunca dejó de rezar por su regreso. “Hijito lindo, papacito… ¡Gracias a Dios que estás con nosotros!”, exclamó al verlo con vida.
La madre de Máximo confesó que había perdido las esperanzas en algunos momentos, pero sus hijas siempre mantuvieron viva la fe. “Yo le decía al Señor: que sea vivo o muerto, pero tráemelo, aunque sea para verlo. Pero mis hijas me repetían: mamá, él va a volver”, recordó emocionada.
Su hija Inés, quien ha sido vocera de la familia, calificó el rescate como un verdadero milagro. “Estamos toda la familia emocionada, para nosotros es un milagro de Dios que a mi papá lo hayan encontrado, porque nunca perdimos las esperanzas”, afirmó en diálogo con RPP Noticias.
Actualmente, Máximo se encuentra bajo cuidados médicos en Paita, Piura, donde personal de la Marina de Guerra realiza nuevos chequeos para garantizar su recuperación antes de su retorno a Lima.
