En un fallo ejemplar, los jueces Manuel Arrieta Ramírez, Zelmy Herrera Merino y Melina Timaná Álvarez dictaron una sentencia de cadena perpetua contra J.A.L.T., culpable del delito de violación sexual en agravio de su propio hijo, un menor de siete años. Este caso, que conmocionó a la comunidad de Piura, marcó un precedente al aplicarse la máxima pena permitida por la ley para castigar este aberrante crimen ocurrido durante el año 2020.
Aprovechamiento de la confianza para cometer el abuso
Según lo expuesto por el Ministerio Público durante el juicio oral, el sentenciado aprovechaba la ausencia de la madre del menor, quien salía a trabajar, para quedarse a solas con la víctima. En esas circunstancias, J.A.L.T. cometió los abusos sexuales en repetidas ocasiones, traicionando gravemente la confianza y vulnerando los derechos fundamentales del niño.
El tribunal colegiado destacó la gravedad del caso, subrayando cómo el victimario utilizó su posición de padre para manipular y someter a su propio hijo. Las pruebas presentadas durante el proceso confirmaron la responsabilidad del acusado, llevando a los jueces a imponer la pena más severa contemplada en el sistema penal peruano.
Ejecución provisional de la sentencia
Tras el veredicto, los jueces ordenaron la ejecución provisional de la condena contra J.A.L.T., quien ya fue trasladado al Establecimiento Penitenciario de Piura para cumplir su sentencia. Esta medida refleja la determinación del Poder Judicial por garantizar que el victimario no pueda seguir representando una amenaza para la sociedad ni para su víctima.
La resolución también envía un mensaje claro sobre la tolerancia cero frente a los delitos de violencia sexual, especialmente cuando las víctimas son niños, quienes merecen especial protección por parte del Estado.